La palabra «Navidad» viene del latín «Nativitate», que significa: Nati = nacimiento vita = de la vida te = para ti
Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
Desde el año 440 d.C.
Se escogió el 25 de diciembre como fecha de la celebración del nacimiento de Jesús, ya que la Biblia no dice el día exacto de su nacimiento. Según parece, en esa fecha los romanos celebraban la fiesta del Natalis Solis Invicti (la festividad del Sol Naciente Invencible) y los cristianos la hicieron coincidir con la celebración del nacimiento del Señor. Una de las teorías indica que fecha del nacimiento de Cristo se sitúa en torno a abril o mayo por razones meteorológicas en las escrituras.
El Adviento (en latín: adventus Redemptoris, ‘venida del Redentor’)? es el primer período del año litúrgico cristiano, y consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo. Su duración suele ser de 22 a 28 días, dado que lo integran necesariamente los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Natividad (celebración litúrgica de la Navidad).
Durante el Adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas de pino, llamada corona de Adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.
Los reyes magos son Melchor, Gaspar y Baltasar. Los reyes magos eran reyes de territorios orientales que llevaron como regalo oro, incienso y mirra para el futuro rey de reyes: el Niño Jesús. Según el Nuevo Testamento de la Biblia, los tres reyes magos eran personas sabias que siguieron la estela de la estrella de Belén pues sabían que esta les indicaría el lugar de nacimiento del niño Jesús, Hijo de Dios. A estos reyes se les denomina “magos” no en el sentido de brujos. La palabra “mago”, en este contexto, tiene su origen en el griego magoi, que se refería a las personas de clases educadas, o sea, sabios.
Los tres reyes magos emprendieron el viaje cargando el regalo que ofrecerían al nuevo rey. El rey mago Melchor, que se caracterizaba por su sabiduría, llevó un cofre de oro. El rey Gaspar, llamado 'el generoso y bondadoso', preparó de regalo inciensos especiales, y el rey Baltasar decidió ofrendar al nuevo rey con mirra, usada para fabricar perfumes, medicina y papiros.
La palabra «mago», proviene del persa ma-gu-u-sha, que significa sacerdote. Llegó al griego como μαγός (magós, plural: μαγοι, magoi), refiriéndose a una casta de sacerdotes persas o babilonios, que estudiaban las estrellas en su deseo de buscar a Dios.4 Del griego pasó al latín como magus, plural magi, /mágui/ (cf. magister, /maguíster/) de donde llegó al español mago.
El calendario que usamos es el calendario gregoriano, y en éste el año cero no existe. Por otro lado, es difícil entenderlo, pero de hecho Cristo nació antes de Cristo.
El culpable del desfase temporal fue un monje escita que vivió entre los siglos V y VI llamado Dionisio el Exiguo, cuyo apodo parece responder a que era muy pequeñito. En cierta ocasión, corriendo el año 525, el papa Juan I encargó a este Dionisio un nuevo calendario para identificar correctamente las fechas de Pascua. Dionisio era un gran cerebro de la época, versado en Derecho Canónico y en Matemáticas.
La tarea de Dionisio era señalar correctamente las fechas de Pascua de Resurrección, para lo cual tenía que empezar a contar los años desde la muerte de Jesús, y para lo cual, a su vez, debía fijar la fecha del nacimiento. ¿Cómo hacerlo? Dionisio tenía una referencia muy concreta: dicen los Evangelios que Jesús nació en tiempos del rey Herodes el Grande, un monarca títere que los romanos habían puesto en Judea. Dicen también que Herodes quiso perseguir al Niño, que la familia tuvo que huir a Egipto para escapar de la ira del rey y que, enseguida, Herodes murió. Fácil: bastaba buscar la fecha de la muerte de Herodes el Grande para fijar la fecha del nacimiento de Jesús. Pero Dionisio, ay, se equivocó.
Nadie sabe muy bien cómo Dionisio el Exiguo, a pesar de toda su ciencia, dio en situar la fecha de la muerte de Herodes el Grande en el año 753 desde la fundación de Roma. La verdad era que Herodes murió al menos cinco años antes. El hecho es que Dionisio situó el año 1 de la era cristiana en el 753 de la era romana… cuando Jesús ya debía de contar al menos con 4 años de edad. El despiste del Exiguo había situado la fecha de nacimiento de Cristo varios años después de que naciera. O sea, que Jesús nació… antes de Cristo.
En la era cristiana, con el papa Bonifacio IV en 607, el origen de la escala pasó a ser el nacimiento de Cristo. Un monje rumano, Dionisio el Exiguo, matemático, basándose en la Biblia y otras fuentes históricas, entre los años 526 y 530, había fechado el nacimiento de Cristo el día 25 de diciembre del año 753 a.u.c. Dicho año pasó a ser el año 1 A. D., Anno Domini, año 1 del Señor, pero los años anteriores a este seguían siendo años a.u.c. Finalmente en el siglo XVII se nombran los años anteriores al 1 A. D. como años antes de Cristo, a. C., y los posteriores son años después de Cristo, d. C..
Según la tradición judeocristiana, el 1 de enero coincide con la circuncisión de Cristo (al octavo día de su nacimiento), cuando recibe el nombre de Jesús (según el Evangelio de Lucas).
Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
- Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)
- Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
- Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná.
Portal de Belén (Basílica de la Natividad)
Belén de Judea, Palestina.
Pudo ser un planeta, un meteorito, un cometa, una supernova… Muchos científicos han tratado de encontrar el famoso astro realmente estudiando los fenómenos del cielo que pudieron darse durante aquella época. Pero no existen indicios ni pistas en las escrituras sobre un fenómeno astrológico de este tipo. Se podría decir que la Estrella de Belén es otro de los milagros narrados en la Biblia, similar a la partición del Mar Rojo, la multiplicación de los panes y los peces, o la transmutación del agua en vino. Fenómenos todos ellos que se nos refieren situados más allá de las leyes naturales.
Una estrella brillante y viajera ofrece una manera muy digna, elegante y espléndida para subrayar la enorme trascendencia que los cristianos asignan al nacimiento de Jesús.
Oro: era propio de los reyes y por eso se lo ofrecieron a Jesús rey de reyes. Por lo tanto, lo honramos cuidando que su reino de amor, justicia y paz se extienda en la tierra.
Incienso: es un aroma que antiguamente solo se ofrecía a la divinidad, con esto quedaba de manifiesto que Jesús es dios. Por lo tanto, reconocemos a Jesús como dios y lo honramos alabándolo y adorándolo como señor nuestro y de todo lo que existe.
Mirra: es una sustancia que se untaba en los cuerpos de las personas que morían. Con esto manifestaban que Jesús también es hombre y que habría de morir para salvarnos.
Uno de los acontecimientos que se comparte en la preparación de Navidad, es el armado del árbol navideño, que acompaña todo el ciclo festivo. Las antiguas civilizaciones europeas y asiáticas adoraban a los árboles, símbolos de la fuerza de la Madre Tierra. Cuando llegaba el invierno y los árboles se quedaban sin hojas, los aldeanos colgaban telas de colores y piedras pintadas de sus ramas, para que sus hojas y frutos volvieran a brotar en primavera, y así, asegurar la vida vegetal, la vida animal y la supervivencia.
En el siglo VIII, la Iglesia adoptó esta tradición, se tomó como árbol simbólico el pino y el abeto, ya que la silueta triangular representa al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. También se agregaron las luces que representan el espíritu interior y el amor. La estrella en la punta del pino representa a la estrella de Belén, también simboliza: unión y paz hogareña.
San Francisco de Asís tuvo la iniciativa de hacer una tradición del armado del Pesebre. Luego esta costumbre se extendió a toda Europa y más tarde a América. El nacimiento de Jesús se puede representar con personas en Parroquias o en un ámbito familiar. La escena es relatada en los Evangelios de San Mateo y San Lucas.
El Belén se realizaba en todas las casas cristianas, colocando muñecos de barro o arcilla pintados de María, José y el Niño, representando el momento del nacimiento. También se agregan los reyes magos, la estrella de Belén y varios pastores. Algunas personas incluso realizan grandes maquetas que pintan y adornan con musgo, árboles, animales y otros detalles que aporta la familia.
El muérdago era considerado una planta sagrada, que atraía la buena suerte. También se dice que, si una chica se besa con su novio debajo de un muérdago en el día de Nochebuena, se casarán en el año que comienza.
Henry Cole, en el año 1843, en Londres pidió que le imprimieran un diseño con un mensaje para todos sus familiares y amigos, y así, evitarse escribir cada una de las tarjetas. Desde entonces el diseño de diferentes mensajes y diseños evolucionó año tras año, utilizando diferentes tipos de papel, colores y frases.
El origen de Papá Noel o Santa Claus es el inspirado en San Nicolás, quien regaló todos sus bienes, fue Obispo de Myra Turquía y más tarde se internó en un Monasterio. San Nicolás fue muy reconocido por su generosidad con las personas necesitadas y en especial con los niños. Su fama trascendió las fronteras y dio origen a muchas leyendas que se contaron de generación a generación, hasta llegar a nuestros días.
A pesar de todo el imaginario creado a su alrededor por las grandes empresas y las producciones audiovisuales, San Nicolás fue un buen hombre y un gran santo digno de admiración.
Hoy en día, cada 25 de diciembre reparte regalos por todo el mundo a bordo de su trineo, y así, junto a los Reyes Magos y otros colaboradores, se asegura poder llegar a todos los hogares de los niños que se portan bien.
Los regalos debajo del árbol es una costumbre que viene desde el siglo VIII a.C. en Roma. Cuando comenzaba el año se regalaban ramas de árboles sagrados para que en el nuevo año tuvieran prosperidad. Luego las ramitas se cambiaron por figuras de miel y monedas, acompañadas de buenos deseos de amigos y familiares, hasta llegar a pequeños regalos que hacen felices a miles de niños y no tan niños.