Felicitación Sabatina

V/. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V/. Ave María Purísima.
R/. Sin pecado concebida.

¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

V/. Bendita sea la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
R/. Bendita sea la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria (Repetir x3)

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Felicitación y súplica
Oh, Inmaculada María, yo os doy mil parabienes, uniendo mis alabanzas con las de todos los espíritus celestiales y justos de la tierra, por los grandes privilegios de vuestra Concepción Purísima y gloriosa Asunción al cielo en cuerpo y alma. Por la suma complacencia que disteis en vuestro primer instante a la Santísima Trinidad, os suplico aceptéis estos pequeños obsequios, en compensación de los agravios que vuestro divino hijo y Vos recibís cada día de los hombres. Pongo confiadamente en vuestras manos, las necesidades de la Iglesia y del Estado, os pido por el Sumo Pontífice, por la exaltación de la fe, conversión de los pecadores, reforma de costumbres, prosperidad de todas las misiones católicas y por el aumento y propagación de esta devoción. Os suplico también, que me concedáis un grande amor a Jesús y un afecto filial hacia Vos, una perfecta pureza de alma y cuerpo y el don precioso de la perseverancia final. Me pongo confiadamente en vuestras manos y del todo me consagro a Vos, y os suplico, que, en retorno de esta visita, me visitéis en mi última agonía y consoléis también a las Benditas Almas del Purgatorio. Que logremos, en fin, todos los que nos asociamos para felicitaros, la dicha de asociarnos también en el cielo, para alcanzar eternamente los grandes misterios de vuestra Inmaculada Concepción y gloriosa Asunción en Cuerpo y Alma a los cielos. Así sea.

V/. Oh, María, sin pecado concebida.
R/. Rogad por nosotros que acudimos a Vos.

Oración de San Bernardo (Acordaos)
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de vos.
Animado con esta confianza, a vos también acudo, oh Madre, Virgen de vírgenes; y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a aparecer ante vuestra presencia soberana.
No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y atendedlas fa­vo­ra­blemente. Amén.

Cuando hacen su entrada el sacerdote, los acólitos, los ceroferarios y turiferario, se comienza a cantar estos cantos.

Recibid mil parabienes, oh Purísima María. Mostrad que sois nuestra Madre. Oh Purísima, María. Mostrad que sois nuestra Madre, mostrad que sois nuestra madre.

Termina el primer canto. Cuando comienza la Salve, se inciensa el altar de la Virgen, la Cruz y la imagen de la Inmaculada.

Dios te salve, Reina y Madre de mi­se­ri­cordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos mi­se­ri­cordiosos.
Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh cle­men­tísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

V/. Oremos (Se escoge una oración apropiada de la Virgen)
R/. Amén.