Para el Tiempo de Adviento y Navidad
Salve, Madre soberana del Redentor, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar. Socorre al pueblo frágil, que intenta levantarse.
Tú que para asombro de la naturaleza engendraste a tu Creador, virgen antes y después del parto, que recibiste aquel saludo de la boca de Gabriel, ten piedad de nosotros.