BENDICIÓN DE UN HÁBITO
RITO DE LA BENDICIÓN
El celebrante, al comenzar la celebración, dice: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Todos responden:
Que hizo el cielo y la tierra.
Uno de los presentes, o el mismo celebrante, lee un breve texto de la sagrada Escritura, por ejemplo:
Ef 4, 23-24: Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Luego el celebrante, con las manos extendidas, dice la oración de bendición:
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo nos has despojado del pecado y nos has revestido de la dignidad de hijos tuyos; te pedimos que bendigas este hábito de penitencia y a quien lo va a llevar por amor a tu Hijo (v. gr.: el Señor de los Milagros),
O bien:
por amor a la Santísima Virgen (v. gr.: del Carmen),
O bien:
por amor a san N. (v. gr.: Francisco, Antonio), y concédele que, recordando su compromiso de cristiano, rechace todo pecado y cumpla tus mandamientos, y alcance la plenitud de los méritos de la muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
Según las circunstancias, el celebrante rocía con agua bendita el hábito y a los presentes.