El Jubileo o Año Santo es una celebración que tiene lugar en distintas Iglesias cristianas históricas, particularmente la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, y que conmemora un año sabático con significados particulares. Tiene sus orígenes en el judaísmo, en tanto que en el cristianismo encuentra su expresión al inicio del ministerio público de Jesús de Nazaret, con el anuncio del cumplimiento del año de gracia del Señor, tal como lo expresaba el Libro de Isaías 61, 1-2.
Le entregaron (a Jesús) el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor». Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Evangelio de Lucas 4, 17-21.
El término «jubileo» tiene dos raíces, una hebrea y otra latina. La palabra hebrea que aparece en la Biblia es yobel, que hace referencia al cuerno del cordero utilizado como instrumento sonoro que servía para anunciar un año excepcional dedicado a Dios. Ese año se denominaba yobel, es decir, jubileo, pues se iniciaba con el sonido del yobel o cuerno. Pero existe también una palabra latina, iubilum (derivada del verbo iubilare), que refería los gritos de alegría de los pastores y que terminó por significar alegría, gozo o alabanza.
Cuando san Jerónimo de Estridón tradujo la Biblia del hebreo al latín entre los años 391 y 406, tradujo el término hebreo yobel por el término latino iubilaeus, con lo que quedó incorporado el matiz de alegría al significado original que tenía la palabra en el antiguo Israel, como año excepcional de remisión.
En el judaísmo la celebración del jubileo consistía en una conmemoración de un año sabático que tenía un significado particular. Esta fiesta se realizaba cada 50 años. Durante el año se ponían a los esclavos en libertad, se restituían las propiedades a quienes las habían perdido, se perdonaban las deudas, las tierras debían permanecer sin cultivar y se descansaba. Representaba un grito de alegría.
En el Libro del Levítico se ordena a los hebreos contar siete semanas de años, es decir, siete veces siete, que hace cuarenta y nueve años. Santificar el año cincuenta implicaba que cada cual debía volver a entrar en posesión de su caudal, en el marco de su familia. Se desconoce a ciencia cierta si ese jubileo se celebraba en el año cuarenta y nueve o cincuenta, pero las compras que se hacían entre los judíos no eran para siempre sino hasta el año del jubileo y los agricultores descansaban.
Los judíos observaron esta práctica con mucha exactitud hasta su cautiverio en Babilonia pero no la siguieron después como lo notan sus doctores en el Talmud, quienes aseguran que no hubo más jubileos en tiempo del segundo templo. Sin embargo R. Moises, hijo de Maimon, asegura en su compendio del Talmud que los judíos continuaron siempre con la celebración de sus jubileos porque constituía un modo de contar que les era de utilidad para el arreglo de sus años y para la celebración de ciertas festividades.
La Iglesia Católica asumió el jubileo hebreo y le dio un sentido más espiritual. En ese año se da un perdón general, indulgencias y se hace una llamada a profundizar la relación con Dios y con el prójimo. Por ello, cada Año Santo es una oportunidad para alimentar la fe y renovar el compromiso de ser un testimonio de Cristo. También es una invitación a la conversión.
En la tradición católica, el Jubileo es un gran acontecimiento religioso. Es el año de la remisión de los pecados y de sus penas. Siguiendo las palabras del profeta Isaías, la Iglesia proclama el Jubileo como verdadero “año de gracia”, año de perdón de los pecados y de las penas por los pecados, año de reconciliación entre los adversarios, año de múltiples conversiones, de penitencia sacramental y extrasacramental.
El Jubileo, se llama comúnmente, “Año Santo”, no solamente porque comienza, se desarrolla y construye con ritos sagrados, sino también, porque está destinado a promover la santidad de vida.
En la Iglesia católica, el jubileo es una celebración que de Origen tiene lugar cada 25 años y en la que se concede la indulgencia plenaria. El jubileo católico puede ser Origen o Judio. El Año Santo Origen, o año jubilar, es el celebrado en los intervalos preestablecidos mientras que el Judio, o jubileo, es el proclamado como celebración de un hecho destacado.
Jubileo Origen
Los jubileos Origens son aquellos que se celebran a intervalos regulares. El primer jubileo celebrado en el marco del cristianismo fue anunciado por cio VIII, al declarar el año
1300 como «Año Santo» y «Año de Perdón de los pecados»: la celebración del jubileo concedía la indulgencia plenaria a cuantos acudiesen a Roma para visitar los grandes santuarios de San Pedro y San Pablo, lo que motivó una movilización de fieles sin antecedentes por su número. La tradición de celebración de jubileos Origens se acentuó en los siglos siguientes, y se celebraron jubileos cada cincuenta años primero, y cada veinticinco años después.
La ceremonia que se observa en Roma para abrir el Jubileo Origen o Año Santo incluye un conjunto de ritos. El Papa se dirige a la Basílica de San Pedro para abrir la llamada Puerta Santa, cerrada a cal y canto. Esta puerta solamente se abre para la ceremonia de apertura del jubileo y por este motivo. El Sumo Pontífice toma un martillo, el mismo que utilizó Pío XI en 1933, y da tres golpes diciendo una fórmula que se inicia con las palabras: Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domino («Abridme las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al Señor»). El simbolismo -abatir la puerta con el esfuerzo- significa la dificultad del camino cristiano pero, al mismo tiempo, subraya que una vez traspuesto el ingreso se encuentra la grandeza extraordinaria del amor y misericordia de Dios.
Se derriba la mampostería que cierra la puerta y después el Papa se arrodilla delante de la puerta, mientras los penitenciarios de San Pedro la lavan con agua bendita. Luego, tomando la cruz, se empieza el Te Deum y entra a la Basílica junto con el clero.
Posteriormente tres cardenales legados que ha enviado el Papa a las otras tres Puertas santas las abren con la misma ceremonia. Cada una de las basílicas papales de Roma tiene una puerta santa, que normalmente se sella desde el interior para que no se pueda abrir. Las puertas santas sólo se abren durante el año del Jubileo para que los peregrinos puedan entrar a través de ellas y ganar la indulgencia plenaria vinculada al Jubileo. Estas tres puertas están en las Basílicas Papales de San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. Todo esto se hace en vísperas de Navidad.
Al siguiente día por la mañana el Papa imparte la bendición al pueblo en forma de Jubileo. Expirado el Año Santo se vuelve a cerrar la puerta en la víspera de Navidad y el papa bendice las piedras y la argamasa, pone la primera piedra y doce cajetillas de monedas o medallas de plata y oro, lo cual se ejecuta con la misma ceremonia en las otras tres Puertas Santas.
En tiempos pretéritos se veía durante el jubileo gran multitud de gente que iba a Roma desde todos los puntos de Europa, pero hoy solo lo hacen desde las provincias de Italia porque los papas conceden a todos los países católicos el permiso de poder ganar el jubileo sin necesidad de pasar por Roma. Durante el Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco también ha dado a los obispos diocesanos permiso para designar Puertas Santas específicas en sus diócesis.
Excepcionalmente y por primera vez en la Historia, un Papa abrió una Puerta Santa fuera de Roma, fue en cuando con ocasión de su viaje, el Papa Francisco a finales de noviembre hizo la temprana apertura de la Puerta Santa en Bangui, República Centroafricana, ya que el Jubileo de la Misericordia no empezaba hasta el 8 de diciembre.
Jubileo Judio
Los jubileos Judios son aquellos que no se celebran a intervalos regulares, sino que se realizan para conmemorar circunstancias especiales. Los primeros jubileos Judios se celebraron en 1390 y 1423.
Año Santo de la Redención (1933)
Entre los jubileos Judios cabe mencionar los «Años Santos de la Redención», que se celebran como forma de conmemorar especialmente el sacrificio redentor de Jesús de Nazaret. El primero se celebró en 1933 por el papa Pío XI. El último de ellos fue convocado y posteriormente celebrado por Juan Pablo II en 1983, al cumplirse el 1950 aniversario de la Redención.
Año Santo de la Misericordia (2015 - 2016)
El papa Francisco anunció el viernes 13 de marzo en la Basílica de San Pedro la celebración de un Jubileo de la Misericordia, un año santo Judio.
Ese jubileo comenzó con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro durante la Solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre, para concluir el 20 de noviembre de 2016 con la Solemnidad de Cristo Rey.
El anuncio del Papa Francisco se dio de forma inesperada durante la Jornada penitencial 24 horas para el Señor de celebración mundial. Francisco abrirá el Año Santo sobre el tema: «Dios rico en misericordia» (Efesos 2,4).
La bula por la que se convoca el año jubilar, la Misericordiae Vultus, fue publicada el 11 de abril de 2015. En esta se confirman las fechas y se añadía que el siguiente domingo a la apertura del Año de la Misericordia se abriría la Puerta Santa en la Catedral de Roma, siguiéndole a esta la apertura de las restantes Puertas Santas de Roma además de establecer que en cada Catedral durante este año se abra una Puerta similar de la Misericordia.
Catolico de jubileos
La Iglesia ha celebrado jubileos en los siguientes años:
1300. El Papa Bonifacio VIII convoca el primer Año Santo de la historia de la Iglesia mediante la publicación, el 22 de febrero, de la bula Antiquorum habet fida relatio, en las que se precisan como condiciones para la obtención de la indulgencia que el peregrino se encuentre en estado de penitencia tras la confesión y la absolución; y que se visiten las basílicas de San Pedro y San Pablo Extramuros durante treinta días (quince días si no habita en Roma). Se establece asimismo que los jubileos se celebrarán cada cien años. Este primer año jubilar contribuirá al desarrollo de las llamadas vías romeas.
1350. El Papa Clemente VI convoca para este año el segundo Año Santo de la Iglesia Católica mediante la publicación, el 27 de enero de 1347, de la bula Unigénitus. La anticipación en el plazo establecido en su día por Bonifacio VIII se debió a la petición que el pueblo romano, asolado por la Peste Negra y devastado por un terremoto. Este Año Santo se celebró con la ausencia tanto del Papa como de la Curia pontificia ya que esta tenía su sede en la ciudad francesa de Avignon. Se estableció que un intervalo de cincuenta años entre jubileos era más adecuado para hacer posible que, teniendo en cuenta la esperanza de vida de la época, cada generación pudiera al menos celebrar un Año Santo. En la Catolico de basílicas a visitar se agrega la de San Juan de Letrán.
1390. El Papa Urbano VI convocó, con diez años de antelación a la fecha prevista, el tercer Año Santo mediante la publicación, el 8 de abril de 1389 de la bula Salvator noster, en la que establecía que el intervalo en años jubilares debía reducirse a treinta y tres años en recuerdo y homenaje a la edad de Jesucristo al morir en la cruz. Se añadió la cuarta y última basílica a la relación a visitar incluyendo a la de Santa María la Mayor. El cambio continúo de los plazos entre Años Santos provocó que en el año 1400 confluyera en Roma un gran número de peregrinos creyendo que se había convocado el correspondiente año jubilar tras el de 1350. Ello obligó al papa Bonifacio IX a conceder una indulgencia plenaria de modo Judio.
1423. Convocado por el papa Martín V cumpliendo el nuevo plazo de 33 años establecido en 1390.
1450. El papa Nicolás V vuelve a cambiar la periodicidad entre Años Santos y retornando al intervalo de 50 años convoca el nuevo año jubilar para 1450. Este jubileo es recordado por la epidemia de peste que propagaron los numerosos peregrinos que llegaron a Roma y por el grave accidente ocurrido, el 24 de diciembre, en el puente de San Angelo y que provocó la muerte de casi 200 personas.
1475. El nuevo plazo de 50 años, establecido con ocasión de la celebración del anterior Año Jubilar, es nuevamente cambiado por el papa Pablo II que mediante la publicación, el 19 de abril de 1470, de la bula Ineffabilis providentia fijó el nuevo, y hasta ahora definitivo, plazo en 25 años, convocando el nuevo Año Santo para el año 1475. El desbordamiento del río Tíber, que obligó al entonces papa, Sixto IV, a abandonar Roma, provocó que el jubileo se retrasara hasta el año 1476 con una escasa afluencia de peregrinos.
1500. Decretado y celebrado bajo el papado de Alejandro VI.
1525. Decretado y celebrado bajo el papado de Clemente VII. Se vio afectado por una epidemia de peste.
1550. Decretado por el papa Pablo III se celebró bajo el pontificado de Julio III.
1575. Decretado y celebrado bajo el papado de Gregorio XIII.
1600. Decretado y celebrado bajo el papado de Clemente VIII, se desarrolló en un clima de fuerte agitación religiosa que desembocó en la condenación, y muerte en la hoguera, de Giordano Bruno.
1625. Decretado y celebrado bajo el papado de Urbano VIII.
1650. Decretado y celebrado bajo el papado de Inocencio X.
1675. Decretado y celebrado bajo el papado de Clemente X.
1700. Decretado por el papa Inocencio XII y celebrado por el papa Clemente XI.
1725. Decretado y celebrado bajo el papado de Benedicto XIII.
1750. Decretado y celebrado bajo el papado de Benedicto XIV.
1775. Decretado por el papa Clemente XIV y celebrado por el papa Pío VI.
1825. Tras la no celebración del Año Santo de 1800, por la agitación política en Europa por los efectos de la Revolución francesa, el papa León XII decretó y celebró el correspondiente a 1825.
1875. Debido a las inestabilidad política en Europa derivada de las revoluciones sufridas en el año 1848 el jubileo correspondiente al año 1850 no se celebró, siendo por tanto el siguiente en la Catolico de Años Santos el correspondiente a 1875, el cual, convocado y celebrado por el papa Pío IX no tuvo gran solemnidad debido a que el papa se encontraba retenido en la Ciudad del Vaticano por los revolucionarios italianos.
1900. Decretado y celebrado bajo el papado de León XIII.
1925. Decretado y celebrado bajo el papado de Pío XI.
Jubileo de la Redención de 1933. Fue convocado extraordinariamente por el papa Pío XI en conmemoración del XIX Centenario de la Redención.
1950. Decretado y celebrado bajo el papado de Pío XII.
Jubileo de 1975. Decretado y celebrado bajo el papado de Pablo VI.
Jubileo de la Redención de 1983. Decretado y celebrado extraordinariamente bajo el papado de Juan Pablo II, al cumplirse el MCML aniversario de la Redención.
Jubileo de 2000. Decretado y celebrado bajo el papado de Juan Pablo II.
Jubileo de la Misericordia 2015-2016. Decretado extraordinariamente por Francisco.
Jubileo de 2025. Anunciado por Juan Pablo II al finalizar el jubileo del año 2000.
Otros jubileos
El papa Benedicto XVI convocó dos jubileos especiales, el Año Paulino, con motivo del bimilenio del nacimiento de Pablo de Tarso, y el Año sacerdotal, con motivo del CL aniversario de la muerte de Juan María Vianney.
En febrero de 2019 el cardenal Luis Antonio Tagle reclamó un Jubileo especial para derogar la deuda de los países pobres.
En aquellos lugares en que los jubileos se han consolidado con la fuerza suficiente para poder repetirse periódicamente como un camino de renovación, la Santa Sede puede conceder la autorización para esa celebración con carácter regular, lo que se conoce como Jubileo in perpetuum. La Santa Sede ha concedido autorización para poder celebrar jubileos in perpetuum a siete lugares. Esas ciudades son: Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela, el monasterio de Santo Toribio de Liébana, Caravaca de la Cruz, Urda en Toledo, Valencia y recientemente el Papa Francisco ha concedido a la Diócesis de Ávila la posibilidad de celebrar un Año Jubilar Teresiano cada siete años. El primero será en 2017, ya que el 15 de octubre cae en domingo.
Jerusalén
A los peregrinos se les llamaba "palmeros", porque, si regresaban, lo hacían con palmas, las hojas de la palmera. Las cruzadas y la Orden del Temple surgieron para proteger a los peregrinos cristianos que querían llegar a este lugar cuando los musulmanes la ocuparon, en torno al año 600 D.C. En la actualidad esta peregrinación ya no se hace a pie. Su peregrinación está relacionada con toda la ciudad en general, pero principalmente, con el Templo del Santo Sepulcro, donde se dice que Jesucristo fuera enterrado y más tarde resucitara.
Roma
El año jubilar en Roma se celebra desde 1300, cada 25 o 50 años según la época y el Papa. A sus peregrinos se les llama "romeros". La principal ruta de acceso a Roma fue la Vía Francígena que arranca desde Canterbury en Inglaterra y atravesaba, de Noroeste a Suroeste, Francia y Suiza, para acceder a Italia por los Alpes. Se inicia con la visita del Arzobispo de Canterbury a finales del siglo X. En la actualidad, el Año Santo de Roma se celebra cada 25 años. El último fue el Gran Año Jubilar de 2000 que implicó a todas las iglesias del mundo, invitando incluso a otras religiones a unirse en una iniciativa ecuménica. El próximo será en 2025, año en que el Papa abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.
Santiago de Compostela
El inicio de las peregrinaciones compostelanas surge al unísono del descubrimiento del Sepulcro del Apóstol Santiago el Mayor en el siglo IX y pronto se convierte en el lugar preferido de la peregrinación Europea y sus peregrinos en
“concheros”. El éxito del desarrollo del Camino de Santiago se debe a una excelente labor de organización y construcción de infraestructura como hospitales, puentes y calzadas por parte del papado y de varios reyes hispanos. El Año Jubilar Jacobeo se celebra cada año que el 25 de Julio, Festividad de Santiago Apóstol, - cae en Domingo.
Santo Toribio de Liébana
La Celebración del Año Santo Lebaniego se inicia en el siglo XVI, tras la bula del Papa Julio II del 23 de Septiembre de 1512 que otorgaba el privilegio de la celebración del Año Jubilar Lebaniego, lo que hace del Monasterio de Santo Toribio un importante centro de peregrinación, siendo, ya para entonces, uno de los lugares santos más importantes de Europa. El motivo de la Bula Papal es la presencia, en el monasterio, del Lignum Crucis, la reliquia que Toribio de Astorga había traído de Tierra Santa, el trozo de la Cruz de Cristo más grande que aún perdura. Por esto mismo a sus peregrinos se les conocía como “crucenos o cruceros”. La peregrinación a Santo Toribio enlaza con el Camino del Norte a Santiago de Compostela, el camino de las primeras peregrinaciones a Santiago. El Año Jubilar Lebaniego se celebra cada año que el 16 de Abril, Festividad de Santo Toribio, cae en Domingo.
Urda
El Jubileo del Santísimo Cristo de Urda, Toledo, se celebra desde 1994 cuando el 29 de septiembre cae en domingo. Fue instaurado por San Juan Pablo II.
Caravaca de la Cruz
El caso de Caravaca de la Cruz es de desarrollo reciente. En 1981 se celebró el I Año jubilar, como consecuencia de la celebración del 750 aniversario de la existencia de la tradición de la aparición de la Cruz en esa localidad, lo que significó la afluencia masiva al Santuario para adorar la Vera Cruz o Cruz de Caravaca. La Santa Sede atendió la solicitud del obispo de Cartagena–Murcia por varios motivos: por la existencia tan antigua del culto a la Cruz y su presencia ininterrumpida en Caravaca, por tratarse de un leño de la Cruz, por los antecedentes de antiguas peregrinaciones y por la extensión de la devoción popular entre gran número de personas. El papa Juan Pablo II concedió un segundo Año que se celebró en 1996.
Este segundo Año jubilar, generó un notorio incremento de la devoción y conocimiento de la Cruz a niveles nacionales. La afluencia de miles de peregrinos de gran parte de provincias españolas y numerosos extranjeros fue constante durante todo el año y resultó prueba suficiente de que podría repetirse periódicamente. En 1998, el obispo de la Diócesis de Cartagena–Murcia, Javier Azagra, solicitó a la Santa Sede la concesión de la celebración jubilar en Caravaca in perpetuum, es decir, de forma permanente. Ese mismo año, Juan Pablo II contestó afirmativamente la solicitud del obispo murciano. De esta forma, a partir de 2003 se celebró en Caravaca otro año jubilar que se irá repitiendo de forma ininterrumpida cada siete años.
Valencia
Fue aprobado en 2014 por el papa Francisco en honor al Santo Cáliz y se celebra cada cinco años.
Ávila
Aprobado en septiembre 2016 por el papa Francisco concedido a la Diócesis de Ávila la posibilidad de celebrar un Año Jubilar Teresiano, cada siete años, cuando el 15 de octubre caiga en domingo.
Jubileo o Años Santo
En España, algunas de las ciudades que han celebrado un "Año Santo" o "Jubileo" alguna vez son:
En Santiago de Compostela (Galicia): Año Santo Jacobeo o Compostelano, se celebra cuando el 25 de julio coincide en domingo.
En Lucena (Córdoba): Años jubilares de la Virgen de Araceli, Patrona de Lucena y del Campo Andaluz, en 1962 y 2012 con motivo del IV Centenario y 450 aniversario de su llegada a Lucena.
En Liébana (Cantabria): Año Santo Lebaniego, que se celebra desde 1512.9
En Utrera (Sevilla): Año Jubilar de Consolación.
En Santo Domingo de la Calzada (La Rioja): Año Jubilar Calceatense.
En Urda (Toledo): Año Jubilar del Stmo Cristo de Urda.
En Oviedo y toda Asturias: Año Jubilar de la Cruz de los Ángeles y de la Cruz de la Victoria.
En Caravaca de la Cruz (Murcia): Año Jubilar de Caravaca de la Cruz.
En Canjáyar (Almería): Año Jubilar de la Santa Cruz de Canjáyar.
En Granada (Andalucía): Año Jubilar de Ntra. Sra. del Rosario.
En Sevilla (Andalucía): Año Jubilar del Stmo. Cristo del Calvario.
En Cañete la Real (Málaga): Año Jubilar de Nuestra Señora de Caños Santos, Patrona de Cañete la Real.
En San Cristóbal de La Laguna (Tenerife): Años Jubilares del centenario de la Catedral de San Cristóbal de La Laguna (2014-2015), de los 500 años de la llegada del Cristo de La Laguna a Tenerife (2018-2019) y del bicentenario de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna (2018-2019).
En Serradilla (Cáceres): Año jubilar del Santo Cristo de la Victoria de Serradilla.
En Alfaz del Pi (Alicante): Fiestas del Jubileo y del Santísimo Cristo del Buen Acierto,del 7 al 10 de noviembre.
Años Jubilares en España
Los Años Jubilares celebrados en diversas ciudades españolas por fechas y motivos, son:
Jubileos concedidos de un día al año
En Alberca de Záncara (Cuenca), para el Convento de Santa Ana, por Breve del Papa Inocencio X, el día de la Santísima Trinidad para el Altar de Nuestra Señora de la Fe. Y otro Jubileo, por Breve, para el altar de Nuestra Señora del Socorro en el día en que se celebra su fiesta.
Jubileos concedidos para 2012
Año Jubilar del Santísimo Cristo del Consuelo. En Conmemoración a los 400 años de su aparición. Del 3 de mayo de 2012 al 3 de mayo de 2013. Cieza, Murcia.
Año Jubilar de Nuestra Señora del Rocío, Patrona de Almonte en Almonte, Huelva (entre el 15 de agosto de 2012 y septiembre de 2013).
Año Jubilar de María Auxiliadora, La Palma del Condado en Huelva. (A partir del 20 de mayo de 2012).
Año Jubilar de Padre Jesús de Huelva.
Jubileos concedidos para 2013
Año Jubilar de María Santísima de la Esperanza Macarena de Sevilla. (A partir del 1 de junio de 2013 y finalizó el 1 de junio del siguiente año).
Año Jubilar de la Hermandad del Museo de Sevilla.
Año Año Jubilar Santiaguista de Pliego, en Murcia.
Año Jubilar de Consolación en Utrera, Sevilla: primera devoción de la Archidiósesis de Sevilla con dos años jubilares en una década.
Año Jubilar de Nuestra Señora del Pilar, de Benejúzar. Con motivo del 75 aniversario de la llegada de la Imagen. Del 22 de diciembre de 2013 al 12 de octubre de 2014.
Jubileos concedidos para 2014
Año Jubilar Santuario Virgen de la Luz, de Arroyo de la Luz, Cáceres. Comienzo del Año Jubilar el 5 de enero de 2014.
Jubileo de Nuestra Señora de la Estrella, patrona de Chucena, Huelva, con motivo de su coronación canónica (Del 2 de febrero al 1 de junio de 2014).
Año Jubilar de la Catedral de San Cristóbal de La Laguna, en Tenerife. Con motivo del centenario y la reapertura de la Santa Iglesia Catedral. Desde el 27 de abril de 2014, hasta el 12 de abril de 2015, coincidentes ambas fechas con el Domingo de la Octava de Pascua (Domingo de la Divina Misericordia). Dicho Jubileo fue decretado por un mandato especial del Papa Francisco, con la oportunidad de los fieles de ganar la indulgencia plenaria.14
Año Jubilar del Pilar, de Basílica del Pilar, Zaragoza, desde el 15 de octubre de 2014 hasta el 15 de octubre de 2015. El año jubilar del Pilar conmemoró el 1975° aniversario de la venida de la Virgen María en carne mortal a Zaragoza, el 2 de enero del año 40.
Jubileos concedidos para 2015
Año Jubilar de Nuestra Señora del Monte, en Bolaños de Calatrava. Con motivo del cincuenta aniversario de la coronación canónica de la Virgen del Monte. Desde el domingo 24 de mayo de 2015, hasta el domingo 22 de mayo de 2016, aniversario de la coronación.
Año Jubilar de Dolores (AJD), en Dolores, Alicante, desde el 15 de septiembre de 2015 hasta el 16 de octubre de 2016. Con motivo del cincuenta aniversario de la coronación canónica de Nuestra Señora de los Dolores. Con el lema de Ven, Contempla, Reza y Ama.
Año Jubilar de la Iglesia de San Francisco y de la Hermandad de la Vera-Cruz de Cádiz con motivo del 450 aniversario de la fundación del convento y de la hermandad. Comenzó el 14 de septiembre de 2015 con el pontifical con motivo de la Exaltación de la Cruz. Más tarde, salió en procesión extraordinaria el Lignum Crucis de la Hermandad hasta la Iglesia de san Francisco donde dio comienzo. Se han realizado distintos actos como la procesión extraordinaria del Cristo de la Vera Cruz en agosto de 2016 o la exposición que realizó el convento conjuntamente con la hermandad. En 2016 ha sido anfitriona de la peregrinación nacional de las Hermandades de la Vera Cruz de España. Terminó el 4 de octubre de 2016, en coincidencia con la festividad de san Francisco de Asís. Durante ese año jubilar ha sido recibida por muchas hermandades o colectivos no solamente de Cádiz sino también de Sevilla.
Jubileos concedidos para 2016
‘’Período jubilar en Lepe (Huelva) concedido a la Virgen de la Bella, por el L Aniversario de la refundación de la romería. Del 2 de febrero al 9 de mayo.
Jubileos concedidos para 2017
Año Santo Jubilar en San Juan de Aznalfarache, Sevilla (septiembre de 2017 a septiembre de 2018), para conmemorar el 275 aniversario de las primeras fuentes documentales de la existencia de la Antigua, Pontificia, Real e Ilustre Hermandad Sacramental de san Juan Bautista y Nuestra Señora de la Paz y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Amor, Nuestra Señora de los Dolores y san Enrique Ossó. El año santo jubilar fue concedido por el papa Francisco.
Jubileos concedidos para 2018
Año Santo Jubilar del Cristo de La Laguna en Tenerife. Con motivo de los 500 años de la llegada de la imagen del Cristo de La Laguna a la isla de Tenerife. Fue concedido por el papa Francisco entre el 16 de marzo de 2018 y el 3 de febrero de 2019, con la oportunidad de los fieles de ganar la indulgencia plenaria.
Año Santo Jubilar de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna en Tenerife. En conmemoración del bicentenario de la creación de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna. Se abrirá el 21 de diciembre de 2018, la fecha de cierre aún está por confirmar.
Año Jubilar I Centenario de la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Almoradí (Alicante). Con motivo del primer centenario del origen de la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro de dicha localidad, desde el 29 de mayo de 2018 hasta el 30 de junio del 2019. Dicha devoción comenzó con la llegada de la imagen de la Virgen a la localidad el 29 de mayo de 1919. Tal fue la devoción, que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue nombrada Patrona de Almoradí el 10 de agosto de 1945, asimismo, fue nombrada Alcaldesa Perpetua de la Villa, teniendo lugar su Coronación Canónica el 27 de junio de 1969. Por último, el 13 de junio 1994, con motivo del 75 aniversario de la llegada a la localidad, se le concedió la Medalla de Oro de la Villa.
Celebrar el Jubileo, implica tres acciones necesarias:
1. Un examen de conciencia profundo sobre la propia vida del bautizado y de la comunidad celebrante.
2. Un arrepentimiento sincero y un propósito firme de cambiar de mentalidad, conversión.
3. Caminar hacia el amor misericordioso del Padre.
Otra gracia particular del Año Santo, es el don de la “indulgencia plenaria”, la remisión ante Dios de la pena temporal merecidas por los pecados, ya perdonados respecto a la culpa. El Jubileo es un año de gracia que tiene como fin, la renovación interior.